Seguimos con la mitología griega: Paris fue, en parte, responsable de la guerra de Troya.
En la mitología griega, Paris también llamado Alejandro, fue un príncipe troyano, hijo del rey Príamo y de su esposa Hécuba. Paris fue conocido como «El de la hermosa figura».
En el Olimpo, Eris, la Discordia, prometió dar la manzana de oro que lanzó en las bodas de Tetis y Peleo a la diosa más hermosa. Fue así como ninguna deidad se atrevió a elegir entre Hera, Atenea o Afrodita. Con tal de acabar con el problema, Zeus decidió que la respuesta la diera Paris.
El dios mensajero Hermes presentó las tres diosas a Paris y le propuso el dilema. Cada una le prometió algo si resultaba ser la elegida: Hera le prometió ser soberano del mundo, Atenea ser invencible en la guerra y Afrodita le prometió entregarle a Helena, la mujer más bella del mundo. Finalmente, el joven eligió a Afrodita, que además se convirtió en su protectora, y las otras dos deidades juraron venganza. Lo que él no sabía era que esa decisión terminaría desencadenando la guerra de Troya.
Con el arco de Heracles, Filoctetes disparó una flecha mortal a Paris. Algunas versiones apuntan a que el príncipe murió en el campo de batalla, otras a que pudo huir herido y envió un emisario a la morada de su primer amor, Enone, la única que podía salvarlo. Según esta versión, la ninfa se negó a curarlo en un primer momento, pero arrepentida salió en su búsqueda sin llegar a tiempo: Paris había muerto. Fue entonces cuando Enone se suicidó arrojándose sobre la pira en la que era incinerado su amor
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